La vida que estamos viviendo
ahora no es nuestra única vida. Hemos tenido muchas. La
chispa de conciencia en nuestro interior --el ser, o alma, o como
quiera llamarlo-- no tiene principio ni final. No hay nada que
pueda cortarla, ni fuego que pueda quemarla, y ningún
viento que puede secarla.
Pero esa chispa de vida continua pasando de un cuerpo al siguiente. En cierto momento
usted tiene el cuerpo de un niño, luego pasa a un cuerpo de
joven. Después al cuerpo de una persona madura, y
después al cuerpo de un anciano. Luego usted pasa al cuerpo
de una persona joven. Luego a un cuerpo de edad madura, y luego al
cuerpo de un anciano. Sin embargo en todos esos cuerpo usted se
siente a si mismo ser el mismo usted. Esto se debe a que usted es
el mismo usted. Solo su cuerpo ha cambiado.
Su cuerpo cambia y usted siempre es el mismo. Así que usted y su cuerpo son
diferentes. Usted no es el cuerpo.
El cambio final de cuerpo es aquello que llamamos "muerte." Pero realmente no es definitiva. Es
tan solo otra transición, otro cambio. Al igual que cambia
de la niñez a la juventud y luego a la vejez, al momento de
la muerte usted cambia para seguir adelante de nuevo a
través del ciclo, tomando nacimiento en otro cuerpo.
Lo que hicimos en esta vida nos marca el sendero de la siguiente, tal como lo que hacemos en
la escuela nos prepara para lo que enfrentaremos cuando nuestra
educación termina. En nuestra siguiente vida podemos ir
hacia arriba o hacia abajo. O nos podemos liberar por completo de
este ciclo de nacimiento y muerte. |