La batalla de
kuruksetra se libró en base a principios
militares, pero al mismo tiempo con un espíritu
deportivo, como una pelea entre amigos. Duryodana
criticó a Bhismadeva, alegando que por afecto
paternal este último se mostraba reacio a matar a
Arjuna. Un ksatriya no puede tolerar insultos en
relación con el principio de pelear. Bhismadeva
prometió por ello que al día siguiente
mataría a todos los cinco Pandavas con armas
especiales hechas con ese fin. Duryodana quedó
satisfecho, y guardo consigo las flechas que había
que entregar al día siguiente durante la pelea.
Mediante trucos, Arjuna le quitó las flechas a
Duryodana, y Bhismadeva pudo darse cuenta de que se
trataba de un ardid del Señor Krsna. En
consecuencia, hizo el voto de que al día siguiente
Krsna tendría que tomar las armas personalmente,
pues, de no hacerlo, su amigo Arjuna moriría. En
la pelea del siguiente día, Bhismadeva
luchó con una violencia tal, que tanto Arjuna como
Krsna se vieron en dificultades. Arjuna ya casi estaba
vencido; la situación se puso muy tensa, pues
Bhismadeva ya estaba a punto de matarlo. El Señor
Krsna quiso entonces complacer a su devoto, Bhisma,
haciendo que se mantuviera la promesa de este
último, que era más importante que la suya
propia. Aparentemente, el rompió su propia
promesa. Él prometió antes del comienzo de
la batalla de kuruksetra que permanecería sin
armas y que no emplearía su fuerza en favor de
ninguno de los bandos. Pero para proteger a Arjuna se
bajo de la cuadriga, tomó la rueda de la misma, y
corrió rápidamente hacia Bhismadeva con una
actitud furiosa, tal como un león que va a matar a
un elefante. En el camino, dejó caer la tela con
la que se cubría, y, por la gran ira que
exhibía, no se dio cuenta de que se le
había caído. Bhismadeva soltó de
inmediato y se dispuso a ser matado por Krsna, su amado
Señor. Pero la pelea del día termino en ese
preciso momento, y Arjuna se salvó. Desde luego
que no había posibilidad alguna de que Arjuna
muriera, porque el propio Señor estaba en la
cuadriga, pero debido a que Bhismadeva quería ver
que el Señor Krsna tomara alguna arma para salvar
a su amigo, el Señor creo esta situación,
haciendo que la muerte de Arjuna pareciera inminente.
Él se quedó ante Bhismadeva para hacerle
ver que su promesa se había cumplido y que
Él había tomado la rueda.
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